miércoles, 8 de enero de 2014

No puedo hacerlo...


La noche es fría. Lo veo de frente, él está en silencio y lee… es la quinta vez que lee a Frankenstein... parece memorizarlo.

Yo estoy de pie frente a la ventana sintiendo el mismo estremecimiento de hace dos años, sin animarme a hablarle… ¡cómo me seduce su silencio!… ¿cómo acercarme?... él reacciona en un solo impulso al escuchar llorar a mi hijo, su hijo, dicho sea de paso. Llegó antes que yo al cuarto y lo veo tomarlo en sus brazos; esa es mi mayor dicha, verlos juntos… verlo con nuestro bebé en los brazos…